sábado, 14 de noviembre de 2009

The Conqueror ¿la película maldita?

Durante muchos años se creyó que "The Conqueror" había sido una película maldecida por el destino. Incluso en los lugares más religiosos de Estados Unidos se especulaba con que Dios nunca había aceptado este film (ridículo, obviamente). Y es que hasta hace no muchos años no se había encontrado causa que relacionase la muerte continua de más de la mitad de las personas que trabajaron en ella.



Entre fines de 1951 y principios de 1953, el guionista Oscar E. Millard trabajó sobre el libro cinematográfico de The Conqueror ("El Conquistador"), una futura película sobre Gengis Khan observado desde el punto de vista hollywoodense. Millard, novelista mediocre y un guionista que pasó por la vida sin pena ni gloria, esperaba encontrarse con el prestigio de haber escrito un "gran" guión de época que contase una narración históricamente interesante.

El guión de The Conqueror no era un modelo de construcción: la historia se centraba en el guerrero mongol Temujin, que batalla contra las tribus rivales para obtener la supremacía como señor de la guerra. Paralelamente, el hombre se enamora de una esclava tártara (¡y pelirroja!) y debe enfrentarse con los encantos de la niña aún más ferozmente que con sus enemigos tártaros. Por supuesto que tendrá éxito en sus esfuerzos, y terminará coronado emperador con el nombre de Gengis Khan (el Príncipe universal).

El guión de Milliard no era muy bueno: estaba plagado de frases indecibles, grandilocuentes, melodramáticas y totalmente imposibles de memorizar para cualquier actor más o menos normal.


Milliard convocó al director Dick Powell, que a la sazón recién comenzaba su carrera de director —sólo había dirigido una película y tampoco era muy bueno—, y le consultó acerca del protagónico. El guionista insistía en que Marlon Brando sería ideal, pero tanto el productor como el director sabían que ni ebrio ni dormido el protagonista de "Nido de ratas" aceptaría un rol como aquel con un guión como el de Milliard. Powell sugirió entonces el nombre de John Wayne, de quien era sabido que se dejaba deslumbrar por las películas grandiosas, y que aspiraba a ser una especie de Charlton Heston. Por añadidura, Wayne era mucho menos exigente que Brando respecto de los guiones, lo que les daba una buena posibilidad de conseguirlo con un contrato conveniente. Y Wayne llenaba más cines que Brando.


El rodaje de The Conqueror comenzó a principios de junio de 1954. Powell y su equipo se trasladaron desde Los Angeles, California hasta la ciudad de St. George, Utah. Tanto el director como Hughes hubiesen preferido (dado el gran presupuesto de que disponían) llevar adelante la filmación en los sitios históricos reales, pero, desde el momento en que la película se hacía en plena Guerra Fría, es obvio que Mongolia estaba completamente vedada a los equipos de rodaje occidentales. Utah era la opción natural: su desierto es muy parecido a Mongolia, incluso en aspectos como la vegetación y el tipo étnico de los habitantes nativos. De hecho, los indios Chivwit del desierto de Escalante fueron contratados
para personificar a las hordas mongolas.

La filmación en el desierto fue adelante trabajosamente y con múltiples problemas: durante los meses del rodaje el personal soportó unos demoledores 38°C de promedio, una pantera negra decidió almorzarse a Susan Hayward y sólo por milagro consiguieron evitar que le arrancara un trozo de su apetecible anatomía, y una súbita crecida de un río seco desde hacía meses por poco arrastra a actores, cameramen y material virgen hasta el fondo del Gran Lago Salado. Sólo para la anécdota, además, algunos testimonios de los sobrevivientes del equipo aseguran que, de noche, se producía un fenómemo extraño: las arenas del desierto de Escalante brillaban en la oscuridad con un resplandor rojizo.

The Conqueror fracasó miserablemente en la taquilla (recaudó apenas 12 millones) y aún peor con la crítica. Lo más suave que se dijo de ella fue que era "ridícula", que sus diálogos eran "cómicos... pero involuntariamente" y que era una gran pena que se obligara a actores famosos y altamente técnicos a vestirse con túnicas en medio del desierto y declamar largos monólogos al estilo de Shakeaspeare pero sin nada de Shakespeare en absoluto.


Apenas ocho meses después del estreno y a poco más de dos años del fin del rodaje, el compositor de la partitura del film, Victor Young, murió en su casa de Palm Beach a los 56 años de edad. La causa: una hemorragia cerebral masiva producida por un furibundo cáncer de cerebro, intratable e inoperable.
El 2 de enero de 1963 lo siguió a la tumba el director Dick Powell, de un linfoma no-Hodgkin generalizado.

Todos sabemos que Pedro Armendáriz, Sr., que en la película hacía el papel de Jamuga —el escudero de Temujin—, se suicidó pegándose un tiro de escopeta en el hospital de la UCLA en Los Angeles. Lo que no se menciona casi nunca es que el actor mexicano tomó esta determinación pocos minutos después de que los médicos le informaran que su estado era terminal a causa de un cáncer de riñón con múltiples metástasis. Corría 1963 y el artista tenía sólo 51 años.
Apenas ocho años después, el 18 de junio de 1971, murió de cáncer Thomas Gómez, que en la película encarna a Wang Khan, en Santa Mónica. Tenía 56 años. Menos de tres años más tarde, el cáncer —esta vez de pulmón— alcanzó a la notable Agnes Moorehead, a los 68 años de edad.

Hacía ya dos años que Susan Hayward, la hermosa tártara Bortai de quien Gengis se prenda de inmediato en la película, sabía que tenía cáncer de cerebro. Desesperada y con horror al sufrimiento que le esperaba, había sin éxito intentado suicidarse en 1974. El cáncer le ganó la batalla a su bello cuerpo el 14 de marzo de 1975, cuando tenía apenas 56 años.
Marion Michael Morrison, nacido en Iowa en 1907 y conocido por el mundo como John Wayne y por sus amigos como The Duke, que había trabajado con Tom Mix y era el actor fetiche de John Ford, tuvo que luchar su propia batalla contra la enfermedad a partir de 1978. Su estómago había desarrollado un cáncer intratable, que obligó a una gastrectomía (ablación total del órgano) radical. Al principio se le implantó una prótesis plástica, que debió serle retirada unos meses después. El cáncer avanzó hacia el páncreas y el hígado del viejo vaquero, que perdió su último duelo el 11 de junio de 1979, pocos días después de su cumpleaños número 72.


El actor que en la cinta personifica a Shama, John Hoyt, murió en California en 1991. ¿La causa del deceso? Carcinoma de pulmón. Seis meses más tarde, la bella bailarina Jeanne Gerson, que encarnaba a la esclava de Susan Hayward, muere de cáncer. Dos años después, la misma enfermedad arrebató a William Conrad (Kasar), de 64 años.
El director de efectos especiales de The Conqueror, Lingwood G. Dunn, es, acaso, la última (cronológicamente hablando) víctima famosa de esta seguidilla de enfermedades oncológicas asociada con la película. Ya anciano, murió de cáncer el 15 de mayo de 1998 en Los Angeles.
Lo de arriba es solamente una muestra representativa del destino que esperaba a los infortunados actores y técnicos de The Conqueror. Según múltiples y diversas fuentes, de las 220 personas que se aposentaron en el desierto de Escalante durante aquellos tres meses y que pisaron los sets rellenos con su arena durante otros dos, 91 contrajeron cáncer en los siguientes 30 años, de los que 46 ya habían muerto para 1980. Esta incidencia de cáncer es más de cuatro veces superior a la de la población general norteamericana. En cualquier muestra estadística de la población norteamericana, sólo 30 personas de un grupo de 220 desarrollará cáncer en las tres décadas siguientes. La revista People afirma que 150 de los 220 artistas y técnicos de The Conqueror tuvieron cáncer ya en 1984. En esta cifra se engloban los que murieron de la enfermedad, los que se encuentran actualmente luchando contra ella y los que, bien tratados a tiempo, curaron y salvaron sus vidas.
¿Cómo es esto posible? ¿Cómo puede ser que de 220 trabajadores de un film, 150 sufran o hayan sufrido cáncer y muchos de ellos hayan comprobadamente muerto de esa enfermedad terrible? ¿Por qué se convirtió The Conqueror en la película mortal? ¿Cuál fue la maldición que rodeó a su filmación?
A menos de 200 kilómetros del sitio de la filmación, cruzando la frontera interestatal con Nevada, se encuentra un desolado páramo llamado Yucca Flats. Forma parte del Terreno de Pruebas de Nevada (Nevada Test Site, NTS), donde el gobierno norteamericano efectuó entre 1951 y 1992 numerosas pruebas con armas nucleares.




La historia de las pruebas nucleares estadounidenses comenzó en julio de 1945 en el desierto de Nuevo México con la detonación de la bomba Trinity, como parte de las investigaciones enmarcadas en el Proyecto Manhattan, destinado, como se sabe, a preparar los dos bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki, y concluyó el 23 de septiembre de 1992 con el último test. Luego, los ensayos fueron terminados por mandato de la Moratoria Nuclear.


Resumiendo, en los tres años y medio previos al comienzo del rodaje de The Conqueror el ejercicio norteamericano detonó 31 bombas nucleares que en conjunto tenían la potencia de medio megatón.
Las últimas tres pruebas de los ensayos Upshot-Knothole se realizaron justo un año antes de la filmación, y la última bomba, Climax, fue la más potente en ese periodo.

Los vientos de alta latitud de la región tienen una dirección oeste-este, y está más que demostrado que estas rachas de viento arrastraron la radiactividad a través de la frontera, asentándola en el desierto Escalante y alrededor de la ciudad de St.George, donde el reparto y equipo de la película tuvo que vivir 3 meses. Este fenómeno se llama fallout y ha sido confirmado por el gobierno norteamericano.
En un principio la administración estadounidense negó que las muertes del reparto estuvieran relacionadas con la absorción de partículas radiactivas. No obstante, hoy en día casi nadie duda de que el motivo de las muertes del equipo de The Conqueror se deba precisamente a estos ensayos.
El plutonio-239 es la sustancia más tóxica que se conoce: un solo microgramo inhalado por un ser humano produce la muerte en un lapso cortísimo, sin paliativos ni excepciones. Y las bombas del NTS produjeron miles de veces esa cantidad.
Se ha calculado que los integrantes del equipo fueron sometidos a niveles 400 veces superiores a los que cualquier médico en su sano juicio recomendaría a un paciente gravemente enfermo.
Fuente: http://axxon.com.ar/zap/234/c-Zapping0234.htm

4 comentarios:

  1. oeee!!! me lo he leido todoooo!!

    molaria ver esas arenas rojas! ke sikodéliko xDD

    pues me han entrado ganas y kuriosidad por ver la peli xP

    Pachem, te han tachado de ladron de imagenes! ke mala persona...

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  2. Vale la pena leerlo, es una historia bastante chunga... xDD

    Mkz, qué es eso de ladrón de imágenes??? :SS

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  3. ops veo ke se ha korregido xS

    pues resulta ke antes todas las imagenes ke habias insertado en el post salian en blanko kon el simbolo de un zirkulo rojo tachado y un komentario ke dezia ke no esta permitido linkar las imagenes a otras paginas...

    supongo ke habra sido un bug xP

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  4. Tienes razón Mkz, ya lo he corregido!

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