Fuente: El Blog del Salmón:
Entre nosotros, salvo momentos puntuales como este último fragmento que os acompaño o algún número musical, el Mago de Oz me parece un peñazo. Seguramente lo que ocurre es que no me van las historias de huerfanitas (Annie también me hace bostezar) o que mi umbral de percepción sentimental está muy alto. Sea lo que sea, no me gusta, a pesar de que si que reconozco que cuenta con algo que suele ser la base de una buena novela, de una buena película: la posibilidad de obtener distintas lecturas de las mismas.
Así algunos ven en El Mago de Oz interesantes mensajes sobre el trabajo en equipo o la gestión empresarial en general. Otros creen ver una subliminal defensa del colectivo gay o de determinados movimientos, desde el comunismo a sectas variopintas. Llegado este punto uno empieza a pensar que la gente ve lo que quiere ver. Pero dado que estamos donde estamos, vamos a detenernos por un momento en la teoría más famosa sobre el significado de El mago de Oz, o mejor dicho de la obra literaria de la que es es adaptación, El maravilloso Mago de Oz, de Frank Baum, la que defiende que se trata de una alegoría financiera en defensa del bimetalismo y la expansión monetaria.
Pero antes de entrar en materia un pequeño inciso. Y es que ya en un post escrito por Onésimo hace unos meses se apuntaba esta linea interpretativa por isilku, apuntando a un enlace de la BBC. Vuelvo a
ello para darle una mayor visibilidad, más allá de los comentarios de un post, para que lo conozca un mayor número de lectores, y para aportar a pie de pagina, en el apartado de más información alguna referencia muy completa sobre el tema.
Digamos que a finales del XIX en EEUU se vivó un fuerte periodo de crisis, fruto de un fuerte boom productivo. El exceso de oferta condujo a una fuerte caída de los precios, especialmente de los agrarios. Los agricultores se veían agobiados ante la bajada de los ingresos por un lado y la presión de los préstamos que habían solicitado para invertir precisamente en tecnologías productivas. Surge así un movimiento, que cristaliza en el Partido Populista, que defiende el abandono del patrón oro, o mejor dicho, la incorporación de un patron bimetálico, de oro y plata, que llego a realizar una marcha de protesta en tal sentido. Se buscaba de este modo incrementar la masa monetaria en circulación, y, en última instancia generar inflación, lo que obviamente no satisfacía a los acreedores, la Banca. Supongo que a más de uno, en cierto modo, esta historia le sonará cercana (estos al menos no proponían fingir invasiones extraterrestres).
Dorothy encarnaría de algún modo el espíritu popular norteamericano, el espantapajaros a los granjeros, el hombre de hojalata a los obreros, y el león si valor a un líder del Partido Populista. Frente a ellos se alza Oz, que no sería más que una clara alusión a las onzas de oro, como el camino de baldosas amarillas. Camino que les lleva al Este, a la capital, en la que estaría el Mago de Oz, que algunos entienden en referencia al poder político, al Presidente de los Estados Unidos, que vendría a ser un muñeco atemorizado en manos de las brujas malas (¿hace falta que diga quienes eran?), y que decir de los zapatos de plata (en el film eran de rubíes y se cargaban el simbolismo) que permitirán a Dorothy volver a su casa, a esa granja en las montañas, ay no, que esa era Heidi.
Aqui disponéis del mejor texto que he encontrado al respecto si la historia os interesa, que a mi al menos me ha resultado francamente apasionante aunque no comparta el análisis de Ellen Brown, su autora. Y si no, ahí tenéis la versión ukeleliana del Somewhere over the rainbow.
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