domingo, 7 de agosto de 2011

Terapia de choque: ¿las vías del tren?

Siempre hemos sabido que a lo largo de la historia, y evidentemente, en la actualidad, que han existido rituales, supersticiones y otro tipo de actos que sin justificación alguna y siendo completamente irracionales, tenían un gran número de seguidores. Como el hecho de que en África existe la creencia de que si comes la carne de una persona albina puedes curarte de cualquier enfermedad.


A veces uno no sabe si llevarse las manos a la cabeza o bajar definitivamente los brazos rindiéndose a la evidencia de que la superstición y la estupidez seguirán campando a sus anchas por más intentos que se hagan desde el sentido común.

Cientos de indonesios se acercan a diario a las vías del tren para curarse en la creencia de que la eletricidad que de allí emana es beneficiosa para la salud. Desde el reumatismo hasta el insomnio, pasando por la artritis, migrañas o incluso diabetes, cualquier enfermedad se puede curar, cualquier dolor se puede aliviar tumbándose en los hierros del ferrocarril.


Cientos de indonesios se acercan a diario a las vías del tren para curarse en la creencia de que la eletricidad que de allí emana es beneficiosa para la salud. Desde el reumatismo hasta el insomnio, pasando por la artritis, migrañas o incluso diabetes, cualquier enfermedad se puede curar, cualquier dolor se puede aliviar tumbándose en los hierros del ferrocarril.

La nueva terapia de moda en Indonesia no sólo es inútil sino que representa un peligro evidente para quien la practica y, aunque algunos puedan sentirse tentados a dejar que la implacable selección natural vaya limpiando de supercherías este planeta, lo cierto es que no deja de sorprender la insistencia en agarrarse a cualquier payasada curativa por ridícula que sea.

Tirarse a las vías del tren, el método de suicidio por excelencia, resulta que ahora es una cura milagrosa de males, dolores y enfermedades... quién lo hubiera pensado.

Desde los más recónditos lugares del país llegan, casi en peregrinación, a curarse en medio de vagones pasando a su vera. Vengan todos a curarse, pasen y sanen sus males con la milenaria terapia del trenecito indonesio.



Fuente: La Aldea Irreductible

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