Fuente: El Blog del Euribor
El otro día, en las listas que hace el Economista, pusieron una bastante interesante sobre deportistas que se fueron a la ruina, veamos los 5 más votados.
1. Mike Tyson
El controvertido boxeado se embolsó más de 400 millones de dólares a lo largo de su carrera deportiva, pero lo gastó en extravagantes inversiones, como coches de lujo o tigres a modo de mascotas. Un divorcio que le costó nueve millones de dólares acabó por arruinarle. Se declaró en bancarrota en 2003, debiendo un total de 27 millones.
2. Scottie Pippen
El fiel escudero de Michael Jordan ganó seis anillos de la NBA con los Chicago Bulls. Fue considerado como uno de los mejores jugadores de la NBA en los años 90, pero sus asesores financieros le jugaron una terrible pasada. Perdió más de 120 millones de dólares, gastándoselo en cosas como un jet privado. Sus juicios atrajeron la atención de todo Estados Unidos, que veía cómo se derrumbaba uno de sus grandes mitos deportivos.
3. Marion Jones
Múltiple medallista olímpica, y considerada en su momento como una de las mejores atletas de la historia, sus escarceos con el dopaje, que acabaron con ella metida de lleno en el mundo de las drogas. Fue obligada a devolver sus triunfos en Sídney 2000 y entre multas y mala gestión de su patrimonio, se vio obligada a hacer vender incluso la casa de su madre.
4. Antoine Walker
Tras una brillante carrera, fraguada en su mayor parte en los Boston Celtics, y unos ingresos que se estiman en unos 110 millones de dólares, acabó declarándose en bancarrota en 2010 debido a sus problemas con el juego. El año anterior había sido arrestado tras intentar pagar 800.000 dólares en cheques sin fondos en casinos de Las Vegas. Recientemente ha vuelto a la práctica del baloncesto profesional, primero en la Liga de Puerto Rico, y posteriormente en la NBDL (Liga de Desarrollo de la NBA).
5. Michael Vick
El ‘quarterback’ de los Philadelphia Eagles batió récords con sus contratos, firmando uno de seis años por 62 millones de dólares, y posteriormente otro de diez años más por 130 millones. Su declive empezó al ser encontrado culpable de organizar peleas de perros, lo que le costó dos años de prisión. Su mala gestión financiera acabó haciéndole declararse en bancarrota desde la propia prisión.
1. No comprar lo que no nos podemos permitir.
Todos queremos un sofá de diseño, una tele más grande o un coche deportivo, pero la mayoría no nos lo podemos permitir. Hay una sencilla solución para este dilema. Si no te lo puedes permitir, no lo
compres. Este es el punto más fácil de entender, pero es uno de los más difíciles de poner en práctica cuando vemos todas esas cosas y las empresas de crédito te dan el visto bueno.
2. Si no lo puedes pagar en efectivo, probablemente no te lo puedes permitir.
En nuestro alocado mundo de crédito, una cuantía de deuda impresionante ya no supone un estigma. Todo el mundo tiene la mensualidad del coche, de la casa y de la tarjeta de crédito. Bueno, ¿recuerdas lo que decía nuestra madre sobre que todo el mundo se tirase por un puente? Solo porque «todo el mundo» lo haga, no tiene por qué ser una buena idea. Comprar algo que no te puedes permitir ahora, en particular cuando la economía es inestable, puede suponer el doble de lo que sería pagarlo después. Exceptuando la vivienda y en momentos puntuales el coche (si es realmente necesario para tu trabajo) si una compra no puedes pagarla en efectivo es porque posiblemente no puedas permitírtela.
3. Pagar intereses sobre algo hace que otra persona se haga rica.
Cuando se pagan intereses en una compra, se está sobrepagando ese artículo por el lujo de comprarlo y usarlo ahora mismo. El simple hecho de pagar intereses significa que el precio que se está pagando para comprarlo es mayor que el precio de venta del artículo. Está regalando incluso más del dinero que tanto le cuesta ganar para tener ese artículo que su fabricante consideró que valía menos. Por ejemplo, si compramos un coche por 25.000€ con un préstamo a un interés del 7% a cinco años, al final, pagaremos casi 30.000€ por el coche. Cuando tenemos en cuenta la depreciación, te quedas con un coche muy barato que te ha costado mucho más de lo que debería.
4. Si tienes deudas, no sigas gastando dinero.
En ocasiones, como cuando nos compramos una casa, el coste del artículo es tan grande que simplemente no podemos pagarlo en efectivo. Esto debería ser la excepción más que la regla. Cuando no se puede evitar, es necesario cerrar el bolsillo y dejar de gastar. Endeudarse más no ayudará a tu situación financiera. Establecer un presupuesto realista es la clave del éxito en este caso. Una vez que sabes cuánto estás gastando en realidad en esos viajes diarios a la tienda de comestibles y a la cafetería, serás capaz de reducir costes de forma realista.
5. No esperes que otra persona te salve.
En momentos de incertidumbre económica, la gente suele pensar que el gobierno podrá ayudarles, pero lamentablemente son esos los momentos en los que el gobierno tiene menos dinero y libertad para ayudar a sus propios ciudadanos. En la mayoría de los casos, el gobierno no te salvará, por lo que tendrás que salvarte tú mismo.
Cuando la economía está en crisis, lo único que puedes hacer es ver lo que estás gastando, también tendrás que ver de dónde viene el dinero. Tu empresa está afrontando las mismas dificultades que tú: intenta pagar las facturas, equilibrar el flujo de capital, todo mientras las ventas se ralentizan. Al igual que tú, tu empresa intentará reducir costes, que pueden adoptar la forma de despidos. Podrías tener muchos problemas si no has tenido en cuenta esta posibilidad.
El plan es empezar a ahorrar ahora para el posible chaparrón, y prepara un fondo de emergencia para ti.
Cuando la gente no consume
Pero… espera…. Si todos estamos dependiendo de tu dinero y estás ahorrando en lugar de alimentar la economía, ¿qué ocurrirá? ¿Se desplomarán los precios de las acciones? ¿Se estancará el crecimiento de la economía? ¿Seremos todos pobres? No. Un ejemplo del mundo real de esto, veamos la situación de Japón, donde ahorrar dinero en lugar de consumir ha sido la tónica habitual se encuentra en la historia de su población.
Aunque ser un prestamista nato es un concepto que Occidente abandonó hace bastante tiempo después de la Segunda Guerra Mundial, esto se siguió llevando a cabo en Japón. Durante mediados de los 70 los consumidores japoneses ahorraron un 20% de sus ingresos disponibles. Durante la crisis económica japonesa de los 90, el Nikkei 225 cayó desde un máximo de 39.000 en 1989 a 16.000 en 1992. El crecimiento del producto interior bruto fue en promedio menos del 1% anual, pero los ahorros personales siguieron siendo de dos dígitos. A pesar de que la tasa de desempleo subió de menos del 2,5% en 1990 a menos de 5% en 2000, con un promedio del 3% según el Ministerio de Trabajo estadounidense., seguía siendo más baja que la de la mayoría de naciones industrializadas. ¿El resultado neto? Japón siguió siendo un país saneado, brillante y rico con un rendimiento bajo de la bolsa. Si tienes ahorros y un plan financiero inteligente, un mercado débil no acabará contigo. Es políticamente incorrecto decir que la gente tiene que ahorrar.
Vive ahora como si afrontases tiempos difíciles
Estas cinco estrategias funcionan igualmente bien en los buenos tiempos, por lo que no hace falta esperar a tener dificultades para empezar a tomar decisiones inteligentes.
Tu estilo de vida se caracterizará por cosas que verdaderamente te puedes permitir, de verdad que es mucho mejor vivir en una casa pequeña en la que puedas dormir que hacerlo en una grande con el insomnio que producen las preocupaciones financieras. Puede que no sea la vida de cuento de hadas de los ricos y famosos que nos intentan vender, pero, al menos, no tendrás que preocuparte por los pagos de un estilo de vida que no te puedes permitir.
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